lunes, 7 de marzo de 2016

de amor definitivo

Desde aquel viernes por la noche de un noviembre cuyo año no recuerdo
Que ya no supe recuperar mis altos mandos
Tampoco quise
Y aquí nos vemos
Suplicándote las nupcias
Después de ochocientos veintiocho días de mirarte
De escuchar tu respirar y tus enojos
De descifrar tus lacanes y tus besos
De escaparme del amor del para siempre
Y regresar para ya nunca separarnos
Por esas cosas que se saben únicas
Y que por esa razón, nos pertenecen
Por eso, entonces
No me vengas con historias decadentes
No te subas a tu neurosis educada
Queréme, tengo frío. En este invierno
Me quiero bautizar entre las aguas
De tu sexo sin escrúpulos ningunos
Me quiero inmunizar contra berrinches insolubles
Y sostener la diatriba más infame acerca de si
 pizza o chocolates
                       Por aquello que te gusta y a mí tampoco

Entonces, su pregunta no molesta
Así es, mi bendición, mi socia, mi locura
Ud. sabe que me tiene brutamente enamorada
Y será en congreso, en san andrés o en el jardín de casa
Pero que no quepa duda que muy pronto
Serán celebrados estos amores
Entre Ud. y yo, mi señora, mi reina, mi ciela bonita, mi cachorra
Fruto ensimismado en mi memoria, en mi carne opulenta, en mi mente sin tregua, en mi castillo de naipes de tarot, en mi brújula recuperada, en mi libro de mil hojas, en mi agenda de letras, en mi taza sin asa, en mi silla en tres patas


Ud. lo sabe
Es esta una declaración de amor definitivo


 SEG 07-03-2016