lunes, 7 de noviembre de 2016

Barceloneta

busca/ entre los vidrios gastados por la arena/sobre todo los verdes/que son los que adora/
busca/ aquel rostro primigenio/ de rasgo untuoso y perfumado/después de la crema biuti/
ese perfil pálido y bronceado, a veces/que era el de su madre/ A pocos lugares, desde los que venía caminando/ le hubiera gustado ir/ con ella/ como a ese/ Y llevarla por los barcitos/ de tapeo y cañas/ y por las chocolaterías de apellido familiar/ y ver juntas/ esas luces de casi Navidad/ con nieve y todo/ Pero estaba allí/ siete años después/ y no era el Tibet/ Siete años después/ y sin su madre/ Estaba allí/ sentada en la arena dura del Mediterráneo/ como si fuera el césped del jardín de atrás de su casa de Paso del Rey/ Sentada allí como si ese reino de arena y mar le perteneciera desde el tiempo de los tiempos/ Y como si su madre y ella/ taconearan por las Ramblas/ para luego ir a sentarse en Montaditos/ un miércoles cualquiera/ y tomar cerveza con barquitos de tortillas y tapas de jamón crudo/ Pero no/ ella estaba sola en su Tierra Prometida/ En la Barcelona que había soñado desde aquel caset en el que Serrat le cantara que había nacido en el Mediterráneo/ allá por inicios de los '70/ Estaba en su Nirvana/ En su PaísdelSiempreyParaSiempre/ Y no/ No quería irse nunca jamás más


SEG noviembre 7 20102016

En 'El retorno al cielo de los perros o La descomposición del karma'